¡CORRAN QUE AHĂ VIENE EL CHIVO!
En el siglo pasado era muy popular de que todas las noches salĂa un chivo misterioso de gran tamaĂąo que le gustaba espantar a inocentes personas que salĂan a altas horas de la noche.
En ese tiempo, varios niĂąos eran aceptados en distintas casas para prestar sus servicios a cambio de comida y asistencia a la escuela, regresando a sus pueblos con buena educaciĂłn.
Uno de ellos se llamĂł Fernando y fue alojado en casa de don JosĂŠ MarĂa VelĂĄzquez.
Una noche lo mandaron a casa de don Lorenzo para comprar cebada y cuando iba a medio camino se apareciĂł el chivo enfrente de el, se parĂł en sus pies traseros, se apoyĂł en los hombros de Fernando, movĂa sus mandĂbulas como para masticar y tenĂa los ojos color de lumbre. El niĂąo logrĂł escapar y corriĂł a la casa de don Lorenzo, pero al entrar cayĂł desmayado al suelo, despuĂŠs de lanzar gritos muy agudos.
TambiĂŠn a un nieto de don Lorenzo, Valeriano Barrera era muy parrandero y cuando regresaba a su casa a media noche escucho al chivo que chillaba en medio de la calle, Valeriano se acercĂł violentamente al tronco de un fresno para evitar que el animal lo atacara, mĂĄs de pronto lo escucho chillar arriba del ĂĄrbol, entonces corriĂł lleno de miedo hasta su casa.
Supongo que todo fue obra de la imaginaciĂłn o del miedo.
Fuente: Sergio Ramos GonzĂĄlez
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