El inframundo de los mexicas
En la cultura mesoamericana no se creía en la existencia de el cielo y infierno. Ellos pensaban que los caminos que tomaban las almas de los muertos no dependía de su comportamiento en vida, si no por el tipo de muerte que se tuviera.
Existían 3 lugares a los que los muertos llegaban. Tlalocan era uno de ellos, era el paraíso de Tláloc, el dios de la luvia. A este lugar llegaban los que habían muerto por situaciones relacionadas con el agua.
Otro destino era Omeyocán, conocido como el paraíso del sol. A este lugar llegaban las almas de los caídos en combate, el Omeyocán era visto como un privilegio, pues había la oportunidad de acompañar al son en su nacimiento de cada día.
El ultimo lugar de los muertos era el Mictlán, a este iba la gente que moría por causa naturales. Se cree el Mictlán estaba integrado por nueve planos y que las almas llegaban a un río que sólo se podía cruzar con un perro.
Este no era un viaje sencillo, pues se tenían que realizar algunas pruebas. Pasar entre dos montes chocantes, entrar a un camino con culebras y atravesar fuertes vientos eran solo algunos de los desafíos que las almas comunes tenían que enfrentar, este viaje duraba 4 años, para finalmente ser presentado ante Mictlantecutli y Mictecacihuatl (señor y señora de la muerte). Según la mitología, ellos mandaban este mundo de muertos, que no contaba con puertas ni ventanas.
Fuente: MXCITY
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